[OPINIÓN] – Por Miguel Ángel Verdugo, CEO de naifman
En el mundo de los negocios, la participación en eventos de envergadura internacional puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento para muchas empresas emergentes. Estas oportunidades, sin embargo, no siempre están al alcance de todos, especialmente para las pequeñas empresas que luchamos por abrirnos camino en un mercado cada vez más competitivo. Este es sólo uno de los contextos en que la colaboración entre el sector público y las empresas privadas se vuelve esencial para impulsar el crecimiento empresarial y fomentar la innovación.
Este año, con naifman hemos tenido el privilegio de participar en el evento 4YFN (4 Years From Now), una plataforma global enmarcada dentro del Mobile World Congress que conecta startups y emprendedores con inversores, empresas líderes y potenciales clientes. Este logro no habría sido posible sin la valiosa colaboración de Andalucía TRADE, la Agencia Empresarial para la Transformación y el Desarrollo Económico de Andalucía.
Andalucía TRADE orquestó la participación de una delegación de 30 empresas tecnológicas de la región en 4YFN. Este esfuerzo conjunto abrió las puertas a un escenario donde empresas emergentes, como naifman, hemos tenido la oportunidad de presentar nuestras soluciones innovadoras y establecer conexiones estratégicas a nivel global. La participación activa del sector público, en este caso y como en muchos otros, ha sido un catalizador para el crecimiento y el fortalecimiento de la red empresarial en nuestra región.
Si bien es cierto que los eventos de negocios de esta magnitud son oportunidades únicas para las grandes corporaciones, no deberían ser inalcanzables para las pequeñas y medianas empresas. La colaboración entre el sector público y el privado desempeña un papel crucial en eliminar barreras y proporcionar acceso equitativo a estas plataformas de alto perfil.
Para muchas empresas que formaron parte de la delegación, incluida naifman, participar en 4YFN habría sido difícil, por no decir imposible, sin el respaldo de Andalucía TRADE. Esta experiencia no solo impulsa la generación de oportunidades de negocio tangibles, sino que también nos ayuda a posicionarnos en el radar global, abriendo nuevas posibilidades de colaboración y crecimiento.
Pero, como en el amor, este es un acto de dar y recibir, y las entidades públicas con justo merecimiento, también se llevan su trozo del pastel. Al representar a una región llena de empresas innovadoras, no solo mostramos nuestro ingenio empresarial, sino que también hacemos alarde de las maravillas y encantos de nuestra tierra -¡que en Andalucía sobran!-. En otras palabras, todos ganamos, o como dirían los modernos, es un “win-win”: las empresas se destacan, la administración pública capta el interés de inversores, y se retroalimenta así el negocio.
De lo anterior saben, y mucho, Comunidades Autónomas como Cataluña, Valencia, País Vasco o Asturias, que también están presentes en el evento con sus respectivas delegaciones de startups.
Dicho todo esto, me gustaría instar a las pequeñas empresas a explorar activamente programas similares ofrecidos por organismos gubernamentales a nivel nacional o regional. Más allá de la participación en eventos, estas iniciativas pueden incluir programas de capacitación, acceso a financiamiento o asesoramiento estratégico, por ejemplo, a los cuales desde naifman también hemos sabido sacar partido. Es crucial que las empresas reconozcan el valor de estas oportunidades y trabajen en estrecha colaboración con las autoridades públicas para aprovechar al máximo estos recursos. Sólo su aprovechamiento perpetuará este tipo de iniciativas en el tiempo.
La administración pública, ya sea a nivel nacional o regional, tiene un papel esencial en el fomento del emprendimiento y la creación de un entorno propicio para el desarrollo empresarial. La coordinación y el apoyo gubernamental son fundamentales para impulsar la innovación, estimular la economía y fortalecer la posición de las empresas en el escenario global. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más interconectado, la colaboración entre el sector público y privado se presenta como un motor indispensable para el crecimiento sostenible y la prosperidad compartida. Quien no lo vea así, tendrá que dar más de un motivo para hacer valer su punto.