[Opinión] – Por Matías Puelma, CMO de naifman
En las últimas semanas, he tenido el privilegio de mantener conversaciones con más de una decena de empresas tecnológicas B2B latinoamericanas, todas ellas con un objetivo claro: ingresar al mercado europeo. Un denominador común ha resonado en cada una de estas interacciones: «España es la puerta de entrada a Europa», dicen.
Sin embargo, detrás de esa afirmación esperanzadora -a la cual, por cierto, adhiero-, se esconde un temor latente compartido por muchos de estos emprendedores: el miedo a un eventual rechazo. Existe una preocupación legítima de ser resistidos por el mercado por provenir de una región presuntamente menos desarrollada tecnológicamente.
He de decir que ese sentimiento de inseguridad actúa como una cascada en todos los mercados. No han sido pocas las ocasiones en que he oído el mismo discurso, una y otra vez, de empresas españolas intentando penetrar en países como Francia, Alemania o Suiza. Pero créanme, donde hay un hándicap de entrada, también hay una motivación de compra; sólo hay que saber comunicarla.
Entonces, toca preguntarse: ¿es realmente justificado ese temor? Desde mi perspectiva como ciudadano chileno, residente en España, y con más de 4 años de experiencia contribuyendo al desarrollo de negocios de cientos de empresas tecnológicas en múltiples mercados, me atrevo a afirmar que la respuesta es un rotundo no. La oportunidad que ofrece el mercado español para las empresas tecnológicas latinoamericanas es vasta y prometedora.
Para comprender mejor por qué las empresas latinoamericanas deberían atreverse a expandir su negocio en España, es crucial observar el auge significativo que ha experimentado el ecosistema de startups tecnológicas en la región. Desde el año 2020 hasta el año 2023, América Latina ha presenciado un crecimiento exponencial en el número de startups respaldadas por capital de riesgo, superando las 2.500, según datos de Latin Leap. Este incremento refleja un cambio fundamental en el panorama económico de la región y constituye un sólido indicador del potencial innovador y empresarial latente en la región. Nada que envidiarle a muchas economías de Europa.
Pero este panorama favorable no se limita únicamente a las startups de nueva creación. Las empresas tecnológicas “tradicionales”, dedicadas a servicios como el desarrollo de software o la ciberseguridad, también se ven beneficiadas por este ecosistema tan dinámico y en constante crecimiento. Es claro que, a mayor desarrollo del entorno en el que operan, mayor competitividad y madurez para no quedarse al margen de este movimiento. Precisamente es en este contexto donde el mercado español emerge como un catalizador para la expansión y el crecimiento continuo.
Por tanto, la puerta a Europa está abierta para las empresas latinoamericanas. El desafío reside ahora en su capacidad para aprovechar esta oportunidad y evitar que esta puerta se cierre. La confianza en la calidad y la innovación de sus productos y servicios, combinada con una estrategia comercial sólida y un enfoque proactivo, les permitirá no solo ingresar al mercado español, sino también prosperar y consolidarse en un entorno empresarial cada vez más globalizado.
